Quién pudiera saber amar con las manos llenas

Originally uploaded by el becerro de oro.

 

 

Siempre me gustó esta parte de la letra de la canción de Ana Belén:

«Quien pudiera saber amar con las manos llenas.

quien pudiera saber amar sin rendirse cuentas»

 

 

Sí, quien pudiera. No quien supiera, por que a saber quizás todos alcanzamos, pero a poder lo que se dice poder…

Quien pudiera saber amar con las manos llenas.

Llenas de tiempo para escuchar a quien nos ama. Sin reparar en las manecillas del reloj que avanzan, ni en los quehaceres diarios que tantas veces nos apremian y nos urgen, pero que por prestarles tanta, tanta atención nos privan de esos minutos, a veces segundos, de verdadera satisfacción, plenitud, que no felicidad, compartida con quien amamos. Tiempo para que la otra persona pueda abrir su corazón y con él sus sentimientos <temores, logros, deseos, insatisfacciones, proyectos …. tantísimos> y entenderlo cabalmente, aunque sea tan distinto de nosotros.

Llenas de ternura para que sin motivo ni razón nos apetezca pasar nuestras manos por su mejilla, hundir nuestros dedos entre su cabello, observarlo sin que se de cuenta y «robarlo», para sentirnos padres cuando está perdido o agobiado, para sentirnos hijos cuando deseamos que nos mimen.

Llenas de comprensión, por que uno más uno nunca son dos. Uno más uno siempre es la suma de dos personas y sus circunstancias <experiencias de la infancia, familiares que aportamos a la unión, vivencias anteriores, gustos culinarios <¡que simple verdad!> y con frecuencia pude hacer que, lo que no hemos vivido no lo entendamos y como consecuendia no podamos comprender.

Llenas de tantos buenos deseos para la otra persona.

 

Y quién también pudiera saber amar sin rendirse cuentas.

Como dice la Biblia en la epístola de Santiago capítulo 1 y versículo 5 «…da a todos generosamente y sin echarlo en cara,…. (B.J.) o como dicen otras traducciones: sin reconvenir.

Sí, quien pudiera amar sin esperar nada a cambio, sin estar a la expectativa de lo que recibiremos a cambio de lo que damos. Y lo que es más, lo que hacemos y entregamos, de nosotros o nuestro, fuera como se dice a fondo perdido.

 

Siempre, la verdad me gustaron, esas palabras por que a continuación añaden: «dando la espalda a los demás, pero codo con codo caminar»

 

A mi me gustaría saber amar de esa manera y también me gustaría que me amasen de igual forma.

Saberlo es bueno pero esforzarse día a día por lograrlo o alcanzarlo es mejor todavía.